El capitalismo nos ha aportado numerosos aspectos positivos. Por ejemplo un mayor número de bienes y servicios de los que disfrutar. Sin embargo este régimen actual contiene una serie de dogmas que todxs en sociedad deberíamos seguir. Aquí entra el choque con el colectivo LGTB+ al no ajustarse al dogma de la sexualidad correcta.
Si cada una de las personas en sociedad actuase según le pareciese, la humanidad sería quizás mucho menos predecible y más peligrosa. ¿Los poderosos nos quieren tener controladxs?
A través de la cultura vemos como normales comportamientos que llevamos a cabo sin cuestionarnos. Al actuar así contribuimos a reforzar esta cultura. Aquí se incluiría la sexualidad, como expresión que incluye a los dos únicos posibles tipos de cuerpo (el del hombre y el de la mujer, dejando fuera a los intersexuales), la única correcta orientación sexual (heterosexual, dejando fuera homosexuales, bisexuales, pansexuales…) y la identidad de género sana (cisexual, dejando fuera a los transexuales).
Una vez más debemos recordar que lo normal no existe. Que este control social que en ocasiones nos limita, y que ha sido insertado en nuestras mentes desde bien pequeñxs, puede quedar absolutamente anulado si desarrollamos nuestra autoestima; si comprendemos que la diferencia es la esencia y belleza del individuo; que no estamos solxs, que hay mucha gente como nostrxs; y buena parte de los que no lo son están dispuestos a querernos con nuestra particular esencia si nos levantamos cada día con valentía mirando al mundo con una sonrisa.
Fran
Voluntario Servicio de Información LGTB+