En estos días se conmemora el setenta aniversario de la liberación por parte del ejercito rojo del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, situado en la actual Polonia a cuarenta y tres kilómetros de Cracovia, fue un complejo de campos de concentración, tres principales y 39 subalternos en el que murieron un millón cien mil personas del millón trescientas mil que estuvieron allí, el 90% Judios, pero también gitanos, homosexuales, prisioneros de guerra…., durante los cinco años escasos que estuvo abierto el complejo. La cifra exacta de los que allí murieron no se conoce, algunos estudiosos la cifran en millón y medio.
Cuando los soldados rusos liberaron Auschwitz encontraron dos mil ochocientos diecinueve prisioneros, ciento ochenta de ellos eran menores de ocho años. Los demás habían sido obligados a huir hacia el oeste andando, abandonando por el camino a los enfermos y débiles, con lo que se liberaron un total de siete mil seiscientas personas.
En la República de Weimar (Alemania entre 1919 y 1933, es decir desde la caída del Imperio hasta la llegada del tercer Reich) el código penal alemán condenaba las prácticas homosexuales masculinas por medio del articulo 175 (creado en 1871 y vigente hasta 1994) pero la presión policial era baja y las grandes ciudades y sobre todo Berlín fue más liberal con numerosos cabarets y clubes nocturnos para homosexuales. En esta época hubo una gran libertad de prensa. Pero todo empezó a cambiar en los años veinte con agresiones a homosexuales. Se intento derogar el articulo 175 y cuando casi se había logrado en 1928, incluso se hizo un comité parlamentario al efecto con representantes de todos los partidos políticos que votaron a favor de presentarlo en el Reichstag, el hundimiento de la bolsa de New York (crisis de 1929) dio al traste con el proyecto de ley.
En azul oscuro, juzgados por «homosexualidad» – Artículo 175
En 1936, Heinrich Himmler jefe de la S.S., creó una división especial de la Gestapo para coordinar la lucha contra la homosexualidad. Fundamentalmente aplicando el articulo 175 y enviando a muchas personas a cárceles y hospitales psiquiátricos.
Los homosexuales, en los campos de concentración, debían llevar un triángulo rosa invertido como marca, que era considerado la casta más baja dentro de los campos lo cual implicaba una alta tasa de mortandad entre ellos, de ahí que muchas Asociaciones lLGTB actuales tengan como símbolo un triángulo rosa invertido. Sin embargo hubo muchos homosexuales que llevaron el triángulo verde invertido, lo que significaba que eran considerados presos comunes y también algunos otros colores dependiendo de los campos en los que estuvieran. El número de homosexuales enviados a los campos de concentración estuvo entre cinco mil y quince mil en todos los campos de Alemania.
Los homosexuales fueron el último colectivo en ser admitido como víctimas del nazismo en 1985 y Alemania tardo hasta 2002 en anular las sentencias nazis y solamente las anteriores a 1945 y fue en ese año cuando el gobierno Alemán pidió disculpas a la Comunidad homosexual.
Muchos de estos homosexuales eran franceses que habían sido deportados al ser provincias alemanas. Muchos de ellos fueron entregados a los perros de las S.S. para que los devorasen, pocos fueron los que pudieron dar testimonio de estas atrocidades, muchos no se atrevieron a contar sus experiencias, pero Pierre Seel (1923-2005) dejó constancia escrita de lo vivido por él en el campo de Schirmeck-Vorbrück en 1941. El pensamiento nazi consideraba que la homosexualidad era un delito porque impedía la reproducción de la pretendida “raza aria”.
A día de hoy hay varios países en los que se ejecuta a homosexuales, en otros son encarcelados, azotados, etc. Todos hemos visto imágenes en los medios de homosexuales colgados de gruas en Irán. Hay otros muchos países en los que la homosexualidad no es delito, pero debemos estar pendientes de estas situaciones para que desaparezcan y que no se conviertan en algo habitual en determinados países.
Ahora, en dos mil quince, hemos visto impactantes imágenes de dos homosexuales arrojados al vacío desde un séptimo piso en la ciudad Iraquí de Mosul, su delito: ser homosexuales. Son las formas de actuar del nuevo Estado Islámico (ISIS). No cabe duda de que tenemos que condenar estas conductas y hacer las acciones pertinentes para que esto no se vuelva a producir y no solo con los homosexuales, también con otras formas de represión y otros colectivos de personas perseguidas.
Hace unos días se celebró en todo el mundo el Día Mundial de Holocausto con la presencia de lideres de muchos de los países implicados, en España se hizo un acto en el Senado, presidido por el Rey.
Sin embargo yo me pregunto «¿en qué hemos avanzado?» Han pasado setenta años y se sigue persiguiendo a personas por su orientación sexual y vemos el ascenso de formaciones políticas que abalan el pensamiento nazi y no tan lejos de aquí, en Francia, en Alemania o en Grecia. Tendríamos que preguntarnos si es factible, a día de hoy, un paso atrás en las libertades conseguidas como ocurrió en la Europa de los años 30. Quizás sea exagerado pensar así pero debemos tenerlo presente, no bajar la guardia y avanzar en la consolidación de las libertades.
No deberíamos pen
sar que ya está todo conseguido y que no hay nada que reivindicar o hacer con respecto a los derechos de las personas LGTB, sencillamente porque no es así, lamentablemente podemos ver en el telediario imágenes que nos deberían escandalizar y horrorizar a todos.
sar que ya está todo conseguido y que no hay nada que reivindicar o hacer con respecto a los derechos de las personas LGTB, sencillamente porque no es así, lamentablemente podemos ver en el telediario imágenes que nos deberían escandalizar y horrorizar a todos.
Ángel García-Pascual
Voluntario de «Gay-Inform, Linea Lesbos, Bi, Trans»