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I.E.E.: Miembros de Pleno Derecho

Iglesia Evangélica Española

Madrid, 14 de Marzo de 2017
Sr. D. Alfredo Abad
Secretario General de la I.E.E. Iglesia de “El Salvador”.
C/ del Noviciado 5. Madrid
La dimensión espiritual es un ámbito del ser humano que lo define y lo guía en su manera de entender la vida y de vivir su propia EXISTENCIA. Esta dimensión puede tomar la forma religiosa pero también de creencias laicas que se unen a propósitos éticos. Esta forma de sentir y pensar, junto con comportamientos y acciones, consolida y llevan adelante la unidad esencial del individuo. Las personas L.G.T.B. no escapamos a este paradigma y nuestra necesidad interna de consolidar la dimensión espiritual sigue los mismos caminos que, desde tiempo inmemoriales, acompañan el peregrinar de la humanidad. Comprendiendo esto la Iglesia Evangélica Española, una de las iglesias protestantes más veteranas y arraigadas en el territorio español, comenzó hace años a trabajar teológicamente sobre la realidad L.G.T.B., la necesidad de inclusión y la aceptación de la diversidad. Y, desde la declaración de Mamré de mayo de 2015, afirma: “En consecuencia, como Iglesia Evangélica Española, somos exhortados a una pastoral de la acogida de las personas homosexuales y sus familias, evitando la invisibilidad y trabajando en el acompañamiento de la diversidad.” Esta declaración provocó incomodidades dentro del Consejo Evangélico de Madrid (integrado por iglesias y entidades evangélicas o protestantes ubicadas en la Comunidad Autónoma de Madrid) al punto que el día de ayer (13­03­2017), reunido para tal fin y con la participación de sus miembros, ha expulsado a la I.E.E. como miembro de pleno derecho dentro de sus filas por no retractarse ante su acogida de las personas que formamos parte del colectivo LGTB. Desde inicio de año la Sección Espiritualidad de nuestro colectivo realiza actividades en conjunto con la IEE, en el seno de una de sus iglesias, siendo acogidos con todo el respeto y acompañamiento que emana de la Declaración de Manré. Creemos que esta decisión es un mal trago pero no una mala noticia ya que el testimonio inclusivo que la I.E.E.ha defendido «con garra» es más cercano al mensaje de Jesús de Nazaret, el carpintero, a quien profesan su fe. Por intermedio de la presente queremos hacer público todo el apoyo de Cogam (Colectivo gay de Madrid) a los y las Pastorxs de la Iglesia Evangélica Española ante estos hechos. También acercarles nuestro agradecimiento profundo, tanto de lxs creyentes/ espirituales como del resto del colectivo que no se adscribe a la realidad creyente/espiritual, por vuestra defensa, acogida y apertura hacia las personas L.G.T.B. que se acercan a vosotrxs. Deseamos que los y las Pastorxs de la I.E.E. estén viviendo este momento con una alegría irrenunciable en vuestra fe ya que desde el día de ayer la Iglesia Evangélica Española se ha convertido en Miembro de Pleno Derecho dentro del colectivo L.G.T.B Jesus Grande. Presidente COGAM ­ Colectivo LGTB+ de Madrid ­ Calle Puebla, 9, 28004 Madrid – Teléfono: 915 23 00 70
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Violencia doméstica (intragénero)

    La violencia intragénero es aquella que se produce en el ámbito de parejas o ex-parejas del mismo sexo/género y puede ser -como todas las violencias- psicológica, física, sexual, económica, etc. Es una conducta puesta en marcha por uno/a de los/as integrantes para controlar y/o someter a la persona.
    En este texto referiré a lesbianas, gais y bisexuales con las siglas LGB, no obstante, al hablar de LGBTfobia incluyo también a las personas transexuales, puesto que la transfobia juega un papel fundamental en la violencia contra el colectivo en su conjunto. En el caso de personas transexuales heterosexuales, la violencia que puedan sufrir queda recogida tanto en la violencia doméstica (en el caso de hombres trans) como en la violencia de género (en el caso de mujeres trans).
    En las relaciones de pareja se tiende a asociar como amor conductas que, en muchos casos, son la semilla de la violencia. Y así los celos, la posesividad, la abnegación y los conflictos se ven como algo positivo y engrandecedor del amor. Este modelo de relación de pareja, de amor, responde a la necesidad histórica del sistema patriarcal de generar una jerarquía en las relaciones, situando al hombre por encima de la mujer. La primera oportunidad de ejercer violencia viene dada por el hecho de que una de las partes se sienta legitimada para ejercer violencia sobre la otra y, que considere que ese comportamiento violento es el medio de lograr el fin que se propone.

    En el caso de la violencia de género el reparto de poder se hace de una forma determinante a través del sexismo. En la violencia intragénero este reparto atiende a otras variables como pueden ser el nivel de estudios, económico, la raza, la situación administrativa en el país de residencia, la salud, la edad, la visibilidad, etc.
    La LGBTfobia contribuye a encerrar a las parejas del mismo sexo (en las que existen rasgos de violencia intragénero) en sí mismas, aislándose del entorno, provocando aún más vulnerabilidad al entender que el enemigo de fuera -el que les rechaza por su orientación o identidad- es más peligroso que el que se tiene en casa, puesto que este último al menos nos comprende y comparte condición. Esto es especialmente grave cuando se vive en entornos rurales o cuando la relación y/o la orientación sexual no son públicas.
    No hay que perder de vista que la violencia es responsabilidad únicamente de quien maltrata, que en su mano está ejercerla o desaprenderla.
    La violencia intragénero no se articula en torno al sexismo ni a la desigualdad de poder entre mujeres y hombres. Por tanto, aunque algunas de las manifestaciones de violencia intragénero coincidan con las de violencia de género, no es menos cierto que existen especificidades que le son propias, además de un origen distinto.
    No es mi intención debatir sobre los términos violencia de género, violencia intragénero, violencia doméstica, etc puesto que lo mas relevante es el significado que le atribuimos a cada término. Existen diferentes tipos de violencias, con diferentes causas y diferentes necesidades de respuesta y eso es un hecho incontestable. La violencia de género está reconocida y protegida gracias a las campañas y a la ley integral.
    La violencia doméstica está recogida en el ordenamiento jurídico español, y estaría bien visibilizar los recursos jurídicos existentes e informar a las personas LGB de los mecanismos de defensa que tienen. La violencia de género y la violencia doméstica no son mutuamente excluyentes, y por tanto, deben ser atendidas de forma distinta. Una ley genérica sobre violencia doméstica dejaría fuera muchos casos de violencia de género y viceversa.
    Para la violencia doméstica los recursos existentes son aquellos planteados en el Código Penal: penas de prisión, multas, órdenes de alejamiento. Los recursos públicos varían de una comunidad autónoma a otra. Podemos encontrar desde servicios de violencia de género. centros de atención a víctimas, servicios sociales con programas de atención a violencia doméstica, etc. hasta lugares donde no hay prácticamente nada.
    Yo mismo soy víctima de violencia doméstica (intragenero) desde hace 4 años. Lo que me pasó fue una agresión brutal por parte de un compañero de piso también él gay. Esa agresión me llevo a un fuerte estado de estrés psico-físico al que luego se añadieron otros factores de debilidad: me echaron del piso que tenía alquilado, me hicieron acoso laboral (ya que se habían enterado de lo sucedido, debido a las muchas ausencias que hacia entre las visitas médicas y el juicio que tuve) y fui el único al que no se le renovó el contrato de trabajo. Para mi fue un año terrible, aunque tuve la suerte de acudir a los servicios sociales y obtener una orden de alejamiento. Muchos de mis amigos me aconsejaron volver a Italia para superar todo eso, pero yo al ser muy testarudo, decidí quedarme a Madrid para resolver todo de una manera definitiva. Con mi ejemplo quería ayudar a las personas que habían sufrido eso tipo de violencia.
    Por supuesto todo eso no se supera con facilidad, pero se puede hacer. Y una muestra de ello es el texto que escribo, firmo y publico hoy.

Andrea Puggelli (@aikkomad)
Activista italiano LGBTQI

* Publicado originalmente en: 20 MINUTOS
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Carta a una periodista

     Existen profesionales… Que lo serán…. Nadie soy yo para dudarlo… Que aspiran escribir un articulo sobre las personas mayores LGTB, como si se tratase de una estadística sobre la calidad de una telefonía móvil. Recibí una llamada de teléfono de una periodista que necesitaba hacer un reportaje, rápido, sin implicación, sin sentimientos…. Un reportaje «Charter»

     Pretendía la buena señora, una entrevista por teléfono, en la que debía responder a un cuestionario estúpido, para un articulo de un periódico de tirada nacional. Debía salir dicho articulo al día siguiente y según la periodista, debería demostrar, si existía la homosexualidad descubierta o reconocida después de los 50 años. No deseo por respeto a este colectivo de personas, describir el contenido de la conversación, pero si os contaré que le hice un ruego a la «reportera dicharachera» y fue que, desde mi personal opinión, debería tener un poco mas de empatía con estas personas y bastante menos soberbia. 

     Si querida periodista… Si… Existe un colectivo que «salió del armario» después de los 50 años. Un colectivo de hombres y de mujeres que han sufrido y aún sufren víctimas de sus propias realidades. Fueron considerados delincuentes, degenerados y enfermos hasta la década de los 80 y hoy todavía tienen difícil aceptación  en algunos círculos. Aún podemos escuchar «chistes de mariquitas» y descubrir miradas de desaprobación en algunos espacios sociales. Estos protagonistas de tu reportaje señora periodista, optaron la mayoría, por la invisibilidad en su juventudFue una generación de tristes hombres y mujeres escondidos en sus propias mentiras a las que alimentó el miedo. Sermones en púlpitos advertían sobre el pecado por ir «contra natura«, risas y burlas sobre el diferente, exclusión familiar y social… Emociones en definitiva, que fueron caldo de cultivo para que sentimientos de culpa afloraran en las personas homosexuales. 

     Otros, lucharon por su derecho a amar, recibieron palizas, se les echó de sus trabajos, se les señaló en sus barrios y se les sacó de una sociedad que les pertenecía, mientras sentían la culpa de la vergüenza familiar. Entraron en cárceles sin haber cometido mayor delito que amar a alguien de su mismo sexo y algunos murieron por la rabia y la intolerancia de otros. Este panorama alentado por una sociedad conservadora y ultra católica que aún colea en la actualidad, disuadió a muchas personas homosexuales a reconocerse y a aceptarse. Tanto en el entorno rural como en el urbano coexisten personas que aún sufren el estigma de años de vacío, de incomprensión, de rechazo… En las grandes ciudades es mas fácil perderse y pasar inadvertidos, pero en los pueblos pequeños, donde todo el mundo se conoce y no puedes esconderte de las miradas de la gente, el trato  al  diferente,  es un  dardo envenenado que excluye.


     
     A pesar de este camino de obstáculos de vida, poco a poco y acompañados de muchos miedos y ansiedades, existe un colectivo que tímidamente va «saliendo del armario« Explicaciones a hijos ya mayores, confesiones ante su propio espejo… Reconociéndose…. Respirando cuando el aire apenas llega a tus pulmones, debido al peso de la culpa por ser distinto y formar parte de un colectivo maldito durante décadas.


     Es un colectivo que tímidamente comienza a ver la luz, a atreverse, a asomarse, a ser ellos mismos, a empoderarse y tomar las riendas de su vida. Es un colectivo de personas homosexuales que se está encontrando, que está confluyendo en un camino común y amable y que solo pretenden ser «ellos mismos« Es un colectivo que lucha contra la heteronormatividad, un colectivo señora periodista, que clama porque per
sonas como Ud. no presupongan, juzguen, osen, se atrevan y nos marquen «la hoja de ruta» sobre como «abandonar nuestro armario.«

     Solo eso, señora periodista… Casi nada…..!!!!!!!


Rebeca «El Ave Fénix»
BLOG «El Ave Fénix es Rebeca»

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Una nueva homofobia necesita de un nuevo activismo

Diez años después de la aprobación del Matrimonio Igualitario, ocho años después de la primera Ley de Identidad de Género, ha llegado el momento de renovar el activismo en defensa de los derechos de personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Un nuevo tiempo se ha abierto ante nuestros ojos, y resulta ya urgente volver a ajustar los instrumentos de nuestra navegación a través del difícil y peligroso océano de la lucha en pos de los Derechos Humanos, porque se ha producido un evidente cambio en sus mareas: no es ocasión ya de grandes objetivos como lo fuera el Matrimonio, ni de pequeños y puntuales logros como pudiera ser la aprobación del vientre de alquiler, que ciertamente no es más que tangencialmente cuestión que afecte a las personas no heterosexuales y cuya regulación, además de resultar muy gravosa para los derechos de las mujeres, no soluciona más que para unas pocas élites con suficientes recursos económicos un problema que se solventa más adecuadamente reivindicando procesos de adopción más sencillos e inclusivos. Es el momento de evolucionar en nuestro trabajo hacia un único objetivo global: erradicar toda forma de violencia contra lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Abolir la cultura de la homofobia -y bifobia y transfobia- se ha convertido en una necesidad urgente.
 
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Es eso que necesitas que no sabes que necesitas

    Mexicano, sí, orgullosamente mexicano. Nací en una de las ciudades más grandes el mundo y viví ahí hasta mis 27 años. Pronto 30, sí, orgullosamente treintañero. Decidí que llegaría a la tercera década en otro país, así que decidí probar suerte con la muy loca de Madrid. Madrileño, sí, orgullosamente madrileño. Dicen que la gente de Madrid no es la que nace aquí, es la que viene y se queda; desde que empecé mi doctorado han pasado ya más de dos años. Estudiante, sí, orgullosamente estudiante. 

    Soy un hedonista, y sin duda, estudiar es uno de los grandes placeres  del ser humano. Y hablando de placeres, los hombres, ¡me encantan los hombres! Así es, gay, orgullosamente gay.

    Exacto,soy estudiante (sin muchas responsabilidades), mexicano (persona exótica en un país extranjero, además de guapo, como todos los de mí país), en sus veintes (la mejor edad), viviendo en una de las ciudades más gays del mundo.Sí, sí, sí el mundo a mis pies. Podría contar muchas historias de las interminables noches llenas de locura y desenfreno que he vivido en esta ciudad. ¡¿Suena bien, no?! ¿Envidia? ¡Claro, y lo sabes!

    Bueno, bueno, claro que está esa vez en que perdí mi tarjeta y no tenía ni “un pavo”,gracias a Dios mi amigo Manu, tan majo él, me prestó “pasta” y listo. Y bueno, claro que también está esa vez en que todos se fueron de vacaciones y me tuve que quedar a estudiar, gracias a Dios el “LL” abre todos los días,¡copazo y asunto resuelto! Bueno, sí, también esta vez que pensé que me moría de gripe y, aunque todos estaban ocupados, una llamada a mamá y listo. ¡Curado! Cierto, también está esa vez en que se rompió el condón y no supe qué hacer, y esa vez en que necesitaba charlar de aquel “asunto” que nadie conocía, y esa vez en que me metí en problemas y no tenía ni idea a dónde acudir. También podría contar muchas historias en las que no había nadie, nadie, que me pudiera ayudar. Esas veces en las que ni mi súper amigo Manu, ni mi mamá, podían “echarme una mano”. Sí, el mundo está a mis pies, pero no tanto.

    Hace aproximadamente siete meses llegue a Gayinform por primera vez, preguntaba sobre cómo ser voluntario del colectivo. Recuerdo que al estar entrando por la puerta me cuestioné sobre si en verdad quería ser voluntario ahí. ¿De verdad es necesario un colectivo gay en Madrid? ¿De verdad hay alguien que necesite mí ayuda? ¿Hoy en día la comunidad LGTB necesita un colectivo? No me resultaba tan “loco” cuestionarme sobre el propósito de un colectivo LGTB en el 2015 y menos en un país tan desarrollado como España.
Siete meses más tarde y después de un sinfín de anécdotas sobre gente que ha pasado por el despacho puedo afirmar que, por más abierto que esté el tema LGTB y por más información que exista, nunca sobrará un lugar en el que puedas hablar de todos los aspectos que unen a nuestro colectivo. Creo que no se trata de unirnos para luchar por una causa, se trata de apoyarnos en cuestiones que sólo nosotros entendemos, de escucharnos de formas en la que sólo nosotros podemos escucharnos. No sólo es impresionante la cantidad de gente que se acerca a pedir ayuda, también es impresionante la diversidad de temáticas, asuntos que probablemente sólo se hablan en un lugar como éste.
Desde mi perspectiva, el valor de cualquier colectivo radica en su capacidad para crear un espacio en el que sus miembros puedan expresarse con total libertad; un espacio libre de prejuicios y lleno de comprensión. A pesar de que podríamos contar con el apoyo de amigos y familiares su ayuda no se puede comparar con la de un grupo de personas que entiende perfectamente las características de nuestro colectivo.

Probablemente ser parte de la comunidad LGTB sea más fácil en Madrid que en otras ciudades, y probablemente ser parte de la comunidad sea más fácil hoy que hace 20 años, sin embargo, ésta no es razón para no contar con un lugar donde encontremos ese apoyo que sólo es posible entre nosotros. Estoy convencido que mientras exista un marica, una bollera, una bi-cicleta, un bi-cicleto, un transexual o una transexual que necesite este tipo de ayuda,un colectivo para ésta, nuestra comunidad, seguirá siendo de gran valor.

Guillermo Zamazona A.
Voluntario GayInform, Línea Lesbos, Bi y Trans